28 de mayo de 2008

Piel

No entiendo como he llegado aquí, ni que extraños caminos he tomado para sentir que hay algo bien adentro que puede más que yo. Que en la piel se ha instalado una fuerza convertida en luces y penumbras que hacen de lo común un mundo irrepetible y diáfano preñado de estrellas y promesas.

El reloj ha detenido su súplica y afuera no ocurre nada. Afuera es ningún sitio y aquí vive el espacio todo, teñido de un lamento febril interminable, palpitando en el aire como parte de un tiempo naufragado, entregado a la nada y promovido a centro de todas las preguntas que no quieren respuestas.

Vivo inmerso en un tul que abriga las paredes
y entrega un dulce manto de alientos que me amparan.
Las manos siguen rutas marcadas por la luna
en las noches insonmes escritas con los dedos
recorren mil caminos sin miedo de perderse
y descubren caballos galopando en las brumas.

Ya los ojos no saben qué sol han de seguir
o que tiniebla triste habitaba hace un tiempo,
o si acaso habrá muerto la negra voz del sueño
en las alas que ascienden desde miles de puertas
abiertas por un duende que hasta ahora me odiaba.

Y si quiero saber ya no he de preguntarme
sino sólo esperar y brindarme sin miedo,
convertido en el cáliz que busca tierna lluvia
Y si busco un destino me encuentro aprisionado
entre dulces paredes y asciendo leve al árbol
de las frutas que liban libélulas doradas .

De las valles me nacen azahares de sueños
y en las cumbres florecen montañas sonrosadas.
En el vértice mismo del vientre palpitante
Nacen luces de auroras y flores de otros mundos

Ni un pájaro que anuncie la venida del viento
ni un silbido en el aire que me envíe el destino.
Tan próxima la cierta textura que te envuelve,
la recorro entre sueños suspirando un silencio
y después me descubro el mar entre los labios
y lo bebo febril y te quiero cautiva

Y me sé por tenerte

también tu prisionero

y más vale que nunca

vengan a liberarme.

25 de mayo de 2008

Calma


Nido de piedra sin puertas ni ventanas
céfiro errante, palidez en el rostro
Árbol desnudo, imagen en el agua
Risa de patos, inocencia del tiempo

A lo lejos la garza
Traza un sueño en el aire
Pido un deseo
Pero no quiero nada

22 de mayo de 2008

Difusa

A la espera de la comida en un rinconcito junto a las escaleras hasta que me fijo en esa tela que tamiza el espacio hurtando la profundidad del bar en penumbras.

15 de mayo de 2008

Paradoja del refugio

Refugio2

Te hicieron daño.

Pisotearon tu manto de poesía armados con la fuerza de su propio vacío aterrador.

Arrasaron tu campo de amapolas como una turba de borrachos.

Entonces levantaste un muro para que no te lastimaran de nuevo.

Ya nadie te encontró.

Ni siquiera quienes querían ayudarte.

Y la tragedia se consumó en tu mundo silente y solitario.

En tu propio refugio.

13 de mayo de 2008

Invitada


Con el zoom a tope, la escasísima luz y el mal pulso que tengo... se puede decir que es un milagro.

11 de mayo de 2008

Una verdad elemental



P.D.- Yo, que me creo el gubernamental más perseguido de España y Portugal, tan injustamente, y que tanto sufrí, casi siempre con gran entereza, perdono a todos esos desgraciados que tantos crímenes cometieron con la palabra de Cristo en los labios. Cristo no manda matar y mucho menos a inocentes. Creo que lo han hecho por cobardía, pues también yo he sacado en consecuencia entre el grupo de mis hombre, que me adoraban, que los más cobardes eran también los más asesinos.



Yo siempre les aconsejé que no mataran cobardemente a nadie, que no robaran, que pidieran a los más ricos. Cuando tan injustamente predieron a mi compañera (una de las tres veces que lo hicieron) habíamos acordado
unos treinta y tantos hombres vengarnos y hacer una que fuese sonada en el mundo. Iba a ser dentro de la iglesia de Ponteareas, un domingo a la hora más concurrida.

Ello demuestra que no es de extrañar que muchos compañeros del lugar, allí donde hubo lucha, cuando les mataron a sus seres más queridos (pues los primeros en hacerlo fueron los sublevados, según un plan convenido) se volviesen verdaderas fieras, como así fue. Esto me reafirma en el caballo de batalla de toda mi vida: que mientras no exista la justicia social no puede haber orden, pues esto saca de quicio al ser más bueno.


Fragmento de "Memoria dun fuxido". Victor F. Freixanes. Ed. Xerais de Galicia. SA.

1 de mayo de 2008

Lo de siempre

Estrada

Todo es parecido a como era ayer. Y antes de ayer. Y el mes pasado. Algunos árboles no han tenido tiempo de vestirse otra vez y eso es todo lo que puede pensarse como nuevo. Llevan meses pasando frío. Dentro del coche se reproducen las conversaciones de casi todos los días y la carretera, abandonada por todos ya hace ciento cincuenta años, nos guía por las mismas vueltas y revueltas que en otro tiempo recorrían los carros de vacas, con aquel quejido lastimero que se aliviaba con un poco de jabón Lagarto humedecido.

Al pueblo le han ido creciendo los defectos con el tiempo. El ruido, el desorden, la falta de espacios, la falta de luz... Lo de siempre. Me despido de los colegas y después de un par de sobresaltos en los pasos de cebra respectivos, consigo llegar a casa, donde sigo el ritual que me resulta cómodo. Si me pagaran por ello no colgaría la ropa fuera del sitio acostumbrado. Si cuelgo el bolso del revés enseguida me doy cuenta de que algo queda mal, así que le doy la vuelta como si fuera algo importante y enfilo el cuarto de baño.

Hace un tiempo que intento convencerme de la necesidad de no hacer nada en algún momento. Y no lo consigo. No sé por qué hay que aprovechar el tiempo de esta manera casi obsesiva. Pero el hecho es que me acomodo en la taza del váter con un libro en la mano después de instalar las gafas sobre la nariz. Suso (de Toro) siempre hace nacer una sonrisa. Eso es una novedad. "A posteridade é un invento dos que viven despois". Por si tuviera alguna veleidad de escritorzuelo venido a más por alguna que otra palabra amable, se me recuerda que la posteridad la viven los que no se han muerto y al creador no se le reserva ni un pedacito de pastel. Se agradece.

Con suerte tendré la oportunidad de endulzar la jornada con alguna cibernética presencia que uno desearía siempre más real pero tampoco es cuestión de quejarse porque esto también es una agradable novedad. Tiempos hubo en que el tener noticias de alguien exigía de su presencia física o de que el azar tuviera a bien dejar llegar una humilde carta que solía pasar más de cuatro vicisitudes. Pero cuando la manecilla larga del reloj roza el seis en el fondo de la esfera la obligación llama de nuevo a la puerta. Hora de ir a ver a mami.

Nuevo sobresalto en el paso de cebra de abajo, el viento que empuja la lluvia contra la camisa mal abrochada y otro artilugio mecánico que hay que poner en marcha para seguir con el ritual. Y más semáforos, ruido, impaciencia, falta de civismo... Antes de superar el último obstáculo tricolor que sólo muestra el rojo cuando llevo prisa escucho las mismas protestas de siempre del que vive conmigo, dentro de la piel. "A ver qué hace este ahora..."

Apenas son cinco kilómetros. Pero no te aburres nunca. Esto también es rutina. Badenes colocados por sorpresa, rotondas en medio del desierto, controles policiales casi en el monte, ciclistas que se creen indestructibles, dos que se comentan el resultado del Getafe con los coches parados en medio del asfalto ... Lo de siempre.

Antes de ver a mami hay que atravesar otro paso de cebra. Aquí nunca han intentado asesinarme pero todo se andará. Saludo en recepción y vuelvo a hacerlo después camino del ascensor. Este tipo es feliz. Su ocupación esencial consiste en tamborilear con los dedos sobre los brazos de la butaca. Eso demuestra que está contento. Qué suerte. Bingo el Miércoles a las 20:00. Mentira cochina. Empezarán a y cuarto como mínimo. La impuntualidad también es costumbre. Me pregunto por qué ponen el anuncio en el ascensor. Pues porque por aquí pasa todo kiske, chaval. Lógico.

Tercera planta. Salgo del claustrofóbico ascensor y enfilo el pasillo. Sé que es lógico encontrarles siempre sentados pero algunos duermen más de lo aconsejable. Mientras consumo la distancia me fijo en esa señora. Hace días que me fijé en ella, seguramente porque se parece a mi tía. Es clavadita a ella, pero más triste. Luce un buen aspecto pero se le ha detenido la mirada unos metros más allá y también se le ha hecho una costumbre. Mami ha dejado de cerrar la puerta con llave porque la han cambiado de planta y aquí ya nadie se le cuela en la habitación. Vuelve a ver la tele. En otras circunstancias diría que pierde el tiempo, pero en su caso creo que es una buena idea.

No hay novedad. Ha dormido bien y ha comido bien. Y está absorbida por sus lanas y su hacer y deshacer y aprovechar y repasar y ... Sería más interesante leer a Benedetti pero nunca le ha gustado leer. Le he colocado una persianilla veneciana que andaba perdida por ahí porque la mujer andaba molesta con el sol . Sé que es increíble pero resultó tener las medidas justas. Y está como unas pascuas. La vecina le ha dicho que le ha quedado preciosa. Charlamos un ratillo hasta que por la puerta se cuela el mensaje acostumbrado de las ocho de la tarde, más o menos. "Señoras y señores residentes, pueden pasar al comedor".

La verdad es que mi progenitora se menea mejor que bien para los ochenta tacos que lleva encima. Su objetivo es llegar abajo antes de que se acomoden del todo, porque eso supone tener que escurrirse entre los escasos espacios que dejan las sillas. Hoy no podrá ser. Bajamos seis almas en el ascensor para llevarle la contraria al letrerito que lo prohíbe y una vez abajo nos despedimos con un par de besos apresurados. Y la condenada que echa a correr como si la cena fuera a escaparse. He desistido de corregir esas manías. Es inútil. Camino de vuelta sorprendo una sensación alegre en el aire. Como si esta luz de primavera a punto de nacer iluminara esa parte juvenil que aún vive dentro. Ya que el coche es el de todos los días y el conductor también, he decidido que al menos el camino de hoy no lo será.

Miro a mi pueblo mientras lo dejo a un lado, perdido en una pequeña llanura entre montes. Ha crecido mucho y mal. Hacia arriba. Tiene los defectos de las ciudades y muy pocas de sus virtudes. "Corre que xa pararás....". Tenía que decírselo. ¿Será que me molesta que corra más que yo? Es igual, lo mio ahora es ver desfilar el espacio entre estas lineas blancas que no dejan de seguirme. Vilanova, Rubiá, A Veiga de Cascallá, Biobra, Covas... y después estos pueblitos del Bierzo, Paradela, Requejo... Esta es mi parada. Justo enfrente unas pocas casitas se dan calor como en un cuento. Jamás paso ante ellas sin regalarles una mirada aunque no sé muy bien por qué. Quizás quieran quedarse a vivir en este cachibache donde a veces consigo guardar los juegos caprichosos de la luz y las sombras.

El camino cruza la vía férrea y serpentea entre viejos castaños hasta llegar a un claro frente al río donde se han dispuesto mesas y acomodos para disfrutar del baño en el verano. No veo mis casitas hasta que me asomo a la endeble pasarela. Por si inquietara poco el ver el agua por entre las maderas maltratadas por la lluvia y el sol ahí abajo, y los cables oxidados sujetando el conjunto de vigas, tuercas y remaches , alguien haPeligro colocado una señal de tráfico en lo alto de una de las columnas metálicas. Triangular y con un borde rojo. Dentro del triángulo se adivina el contorno de un crío con una tonelada de cultura a la espalda y una compañera del otro sexo, porque es más pequeñita. En la carretera entendería que hay un colegio cerca. Aquí puede que sean los críos el peligro, vete tú a saber. O la endeble pasarela, si. Debe ser eso. Y si es un peligro ¿por qué no la han cerrado? A ver si es verdad que el peligro son los chavalillos...

Es curioso que las casitas no se dejan encerrar en mi cajita mágica. Desde allá lejos parecen casi salidas de un cuento, apretaditas unas contra otras, con una tímida columna de humo abandonando el cálido rincón de la cocina. Y aquí, a dos pasos, se han vuelto invisibles. Como en la vida, a veces la distancia es imprescindible para poder hacerse una idea clara de las cosas.

Pues si no se dejan encerrar será por algo. Podría pensar que ha sido tiempo perdido. Pero no. Hoy no ha sido un día igual que los demás. Incluso puede que de estos poquitos recuerdos nazcan unas letras que ayuden a distinguir estos momentos de otros aparentemente iguales.