24 de junio de 2010

¿Feijóo con capirucho?




Llegó al poder a la sombra de una fotografía de un lider opositor embarcado en el yate de algún poderoso. La Voz de Galicia se encargó de reproducirla el día anterior a las elecciones y aquello parece que empujó definitivamente el mensaje de austeridad de nuestro inefable Alberto. Para cuando se hizo pública la superchería, el daño estaba hecho. Después se supo también que buena parte de su discurso sobre el despilfarro de Touriño era pura falacia y que la mayoría de los cochazos los había comprado Fraga.

Se ha gastado un pico en retirar los libros en gallego de las aulas (alguien ha preguntado si hay que meterlos en la cárcel, por gallegos, o quemarlos directamente, que es muy escandaloso pero más austero). Tampoco tiene reparo en pagar entre 800 y 1000 euros por una silla para el complejo Gaiás y 150.000 euros en mobiliario auxiliar, para engrosar un montante de 1,5 millones en lo que irremediablemente será el mausoleo de Manuel Fraga.

Pero ahora resulta que nuestro buen Alberto quiere más y no se le ha ocurrido mejor idea que financiar a algún grupo anti-abortista.

http://www.publico.es/espana/322873/feijoo/financia/boicot/ultra/ley/aborto

Todo ello bajo la bandera de la libertad. Feijóo queire que las gallegas puedan elegir. Y para eso tira de austeridad y les llena el bolsillo a los pro-vida (???) con el dinero de todos. ¡Qué hermosa es la solidaridad!

A estas alturas ya uno se pregunta si el drama que supone apartar nuestra lengua de las escuelas no es más que una cortina de humo para ocultar determinado tipo de cosas. Y dada la magnitud del disparate, es como para echarse a temblar. Uno no puede menos de asociar a los grupos anti-abortistas con organizaciones de extrema derecha y las hemerotecas están ahí para quien quiera comprobarlo: algunos de sus miembros acostumbran a llevar pistola.

¿Veremos algún día a nuestro Alberto ante una cruz en llamas?

22 de junio de 2010

Caos


Una tela de rafia, tupida y opaca, con una vena de un color más alegre. Algo simplemente útil para transportar grano, sirviendo de fondo a una escena siempre visible pero nunca contemplada.

Una trama metálica que ha creado una costra de óxido de hierro al contacto con la lluvia. Extraña criatura nacida sin querer de dos padres involuntarios.

Los restos moribundos de un vegetal ya reseco, convertido en invitado a una reunión extraña, poco natural, contra-natura, como diría un padre de la iglesia. Un árbol seco. Un fracasado.

Quizás el perfecto retrato del caos rutinario y habitual.

Del sin-sentido.

9 de junio de 2010

!!Vergüenza ¡¡

"Vous êtes complètement fous !!" Que significa, "Están Vds. completamente locos". Alguien tenía que decirlo alguna vez. Así de alto y así de clarito, en una de sus podridas instituciones. No perderse la parte final: no hay calificativos suficientes.


7 de junio de 2010

Sobre la moral


Nos ponemos la camisa blanca, que es símbolo de tantas cosas que ya nadie sabrá qué significa, pero queda bien. Limpia y da esplendor, como el limpiacristales. Llevamos a los críos a la catequesis a aprender las partes más sencillas del dogma católico, porque por lo visto ayuda a formarlos y a convertirlos en hombres y mujeres de bien. Unos años más tarde miramos para otra parte si por la mañana la habitación del chaval huele a ginebra más de lo debido porque es normal que a esas edades comentan algunos excesos, todos lo hemos hecho, y al fin y al cabo, con ventilar un poco se acaba el problema.


Después les buscamos un buen hombre o una buena mujer. Que no le pegue, si es él, y que no se haya cepillado a toda la facultad si es ella. Porque hay cosas que cantan más de lo que puede soportar la concurrencia de una misa de doce en un domingo soleado de ciudad civilizada de occidente. Lo demás queda en la apacible historia no conocida. Qué más da si se le escatiman unos euros todos los meses a la seguridad social, si aquella dependienta sigue esperando por el pago de esos vestidos tan caros que se le antojaron a una madre por los sesenta y siete en un momento de depresión pasajera, si el albañil no cobró a tiempo y pasa por la oficina un día sí y otro también a escuchar aquello de "no sabemos cuándo volverá". Son pecaditos. Como aquellas copitas de vino dulce de nuestras abuelas que producían un atontamiento tan dulce como el licor y después una sed brutal.


Las reglas de una cierta clase de moralidad se han inventado para hacerlas valer sobre aquellos a quienes dominamos, y no tienen ninguna otra utilidad. Lo mismo que las iglesias han sido concebidas para que la doble moral tome carta de naturaleza y se acomode en las conciencias de manera suave y sin estridencias, pacíficamente. Allí se le da la mano a cualquier pordiosero justamente para que se aparte de nosotros en cuando salga, para que se busque la vida y no moleste. Porque apartarlos como a los animales no queda bien.


Y lo curioso es que puede pasar la vida en ese no querer saber lo que se sabe, en mantener la calma mientras todo se oculta convenientemente, sosegada y pacíficamente. Qué extrañas nos resultarían esas comunidades donde el sexo no se esconde, donde las parejas retozan en una hamaca mientras los niños corretean a su alrededor mirándolos de vez en cuando con cara de curiosidad pero sin interrumpir sus interminables juegos. Hemos convertido la vida en una pura ocultación y al final no es extraño que huyamos de nosotros mismos, inconscientemente horrorizados ante tanta superchería.


Ni siquiera los viejos lo superan, pasada ya la vida, cuando ante unas copitas de orujo sonríen al recordar. El dichoso Braulio, cuentan, tan devoto él, que no podía estar en ningún sitio sin que lo persiguiera algún marido. Y las viejas, si están a la mesa, ríen con ellos y menean la cabeza como ahuyentando los malos pensamientos. Y aún algún secreto quedará ahí, entre la luz crepuscular y las copitas menudas que van dando cuenta de la botella de licor, porque quizás alguno de los presentes no debe saber según qué cosas. Cuántos secretos se irán a la tumba...


Asombra observar con qué celo se guardan los secretos de la vida afectiva, muy en particular, y cómo al final del camino todo son sonrisas cuando se recuerdan. Cómo las cicatrices y las furibundas críticas que levantaba la licenciosa vida del dichoso Braulio, son ahora objeto de una dulce indulgencia y una sonrisa donde late la complicidad cuando no la pura envidia. Condenado viejo, dirán unos y otras, recordando su lúbrica faceta mucho más que su laboriosidad o su prudencia con los negocios. Como si todo lo demás no hubiera merecido realmente la pena y ahora esos pecados fueran lo único realmente valioso. Nuestros trofeos para el más allá. Eso que nos hace pensar, “me habéis jodido, pero no tanto como pensabais”.


Será que lo que duele quedó atado a un momento en el tiempo y más allá del día, el mes y el año, no tiene más destino que el puro agotamiento. Y que al final de todo, a fuerza de golpes, decepciones y caídas, uno aprende que en la vida sólo hay una cosa que merezca la pena, y es vivir. Y a la moral se le aflojan las carnes de tan atroz manera que todos los potingues, las cremas y los afeites sólo sirven para darle una apariencia aún más penosa. Como a esas estrellas que, ya en los setenta, pasean su palmito por la televisión, naufragando en la patética fantasía de sus propios delirios.