25 de noviembre de 2012

Cataluña y el infantilismo del nacionalismo español




Uno no puede dejar de abrir la boca, porque apenas muere la última sorpresa cuando ya otra está al acecho. Recuerdo haber visto alguna de las últimas entrevistas que se han hecho a Artur Mas y me niego a pensar que tanto peperos como sociatas no estén al tanto de la cuestión. Así que no puedo menos de maravillarme ante el sorprendente diagnostico que hacen unos y otros sobre la eventual secesión de Cataluña.

Es inviable, dice el notario, si bien éste lo dice para tranquilizar a su parroquia. Tranquis que yo me encargo, dice Rajoy. No es viable, dice el supuestamente agudo Rubalcaba, y aquí es donde uno ya no sabe qué pensar de estos sociatas, cada vez más a la deriva. Ahora hablan de federelismo y uno se echa a temblar cuando lo concretan: como el americano o el alemán. Bravo, se ve que os lo habéis pensado bien, chavales.

No recuerdo haber oído decir al Sr. Mas que vaya a suspender los contactos comerciales con una España eventualmente "extranjera". Es más, ha dicho justamente lo contrario, porque no es tonto y sabe lo que le conviene. De manera que no se explica uno de donde sale la supuesta inviabilidad. A menos que sociatas y peperos hayan optado por ser ellos quienes suspendan esas relaciones. Es muy creíble, me temo. Resulta bien probable que nuestros patriotas sociatas y nuestros fachuzos peperos hayan optado por la salida típica del maltratador. Ya que te largas, te espero en la calle. Y por supuesto, no te venderé ni un huevo, hasta ahí podíamos llegar.

Si se analiza la cosa en los medios de comunicación, aún la deriva resulta más grave. En este caso fallan hasta las matemáticas. CiU no tendría la mayoría absoluta, espetan, sin más preámbulos, todos contentos ellos. Después uno mira el gráfico del País, por ejemplo, y observa que CiU más ERC suman unos 80 escaños que supondrían ya, de facto, una mayoría cualificada. Eso sin contar los 2 probables escaños de CUP y los 10 de ICV que se ha mostrado dispuesta a respetar la voluntad de los catalanes. Los escaños de PP y PSOE no irían mucho más allá de los 40 y Ciutatáns, (esos que han inclinado la testuz ante los obispos de tan vegonzosa manera), no pasaría de 6. Así que, o las matemáticas fallan, o esa mayoría está garantizada a menos que se confirme una gran sorpresa y todos los sondeos fracasen estrepitosamente.

Todo parece indicar que la vieja España (la pepera y la sociata) confunde sus deseos con la realidad.

Uno se pregunta entonces si estos psocialistas serían capaces de situarse al lado del PP de Wert, Mato, Báñez y Gallardón, verdadera brigada de demolición, que diría Beiras, de la España del bienestar. ¿Podría el PSC apoyar el vandalismo pepero sin más graves consecuencias de las que ya tiene que afrontar? Puede, pero al día siguiente no habría que celebrar alguna reunión urgente. Al día siguiente habría un funeral de córpore in sepulto y no lo ve quien no quiere verlo.

A los fachuzos les crecen los enanos, y no es porque sean más o menos fachuzos. Es porque, además, hay que decirlo de una puta vez, son una pandilla de ineptos. Hasta Monago o Feijoo les enmiendan la plana a sus correligionarios. El uno para no cabrear más al funcionariado y el otro para intentar meter en vereda a Gallardón, el niño pijo metido a gobernante, a quien en las últimas horas algún alto dirigente de la justicia ha llamado directamente chapucero.

¿Cómo se puede esperar que gestione un país alguien que no sabe gestionar un macroconcierto? Y no es que haya habido mamoneo con las entradas o los permisos, que es marca de la casa. Es que han muerto cuatro personas y ahora se rifan el marrón, a ver quien se escabulle antes y si te he visto, no me acuerdo.

Por si fuera poco, de las alcantarillas del estado salen las hordas franquistas campando a sus anchas sin el más mínimo recato, y el sedicioso Tejero acusa a Mas de eso. De sedicioso, tiene tela la cosa. Y sus peperas señorías no tienen el más mínimo inconveniente en ceder un centro público a quienes pretenden homenajear a Francisco Franco. Que era un dictador asesino, a ver si lo recordamos todos, peques. No un tipo autoritario como Botín o Bertín Osborne. Un fascista sanguinario que ahogó en sangre a vascos, catalanes, gallegos, andaluces y castellanos, hasta que ya se cansó de la matanza y salió al balcón como cansado, acompañado del patético monarca, como diciendo, ahí os dejo a este mamoncete que yo ya he hecho lo suficiente, y vosotros veréis. El mamoncete ha reivindicado su papel en la dictadura como si tal cosa y aquí el Supremo no ha dicho ni pío. Casualidad.

El diagnóstico de todo esto lo ha realizado no hace mucho Laura Mintequi, una señora que me cae genial, porque aparte de todo, jamás se ha manchado las manos con la violencia de etarras o fachuzos. España se hunde. Lo ha dicho clarito y pocos se han molestado en contradecirla. Algunos han pensado que la afirmación tiene sólo un tinte económico. Me da que no sólo. Toda la ideología que sustentaba al régimen post-franquista (parece que veo a González revolverse en la silla..) se viene abajo.

La gran mentira de la Transición de los Fraga, González, Carrillo, Suárez, etc, se cae como un castillo de naipes. Y lo que más sufre con la caída es la idea de España que latía y late en todos ellos. Una España básicamente igual a la de hace un par de siglos, que es todo lo que dura su historia real por mucho que se empeñe Menéndez Pidal en lo contrario. Ignorante, intolerante, arzobispal y profundamente orgullosa de sus propias lacras. Resquiscat in pace. Servidor pasa mucho de ir al funeral.