No todo ha de salir bien siempre. Eso es la perfección y la perfección es un asquito. Sí o sí? Es mejor encontrarse de vez en cuando con el lado malo de las cosas, que todas lo tienen.
- Esto parece una cárcel (noséqué)ana, ¿no? - dijo ella. Y yo pensé... coñe, ¿de qué las conocerá? Pero como no era momento para polémica, me limité a escudriñar por las esquinas. No había cucarachas noséquéanas, ni colillas noséquéanas ni mierda noséquéana en general. Hay que reconocer que la estructura del edificio daba para pensar en esas películas de fugas de presos.
Algo tétrico el edificio... |
El muchacho que nos alquiló la celda, quiero decir la vivienda, nos advirtió que los plomos podían saltar. Y saltaron nada más encendimos dos fuegos de la vitro. Bueno, pos las patatas primero y la cebolla después. ¿A que somos listucos? Esa noche descubrimos que los perros se comunican ladrando y no tienen un horario particularmente cívico. Ladran cuando les sale de allí. Punto.Y por si todo eso no fuera poco, no hay wifi. La hemos cagao. Paciencia.
Al día siguiente bajamos al pueblo desatendiendo el consejo del muchacho antes mencionado: "Yo no bajaría en coche porque no hay donde aparcar". ¿Sabéis el chiste del gato que se fue de putas? Bueno, pues lo mismo. Después de muchos polvos, quiero decir de muchas vueltas, decidimos largarnos. ¿A dónde? Fácil de adivinar: a un sitio donde tampoco se podía aparcar, jejeje... Creo que acabamos en una playa preciosa donde no había un puto chiringuito, la arena tenía el tamaño justo para machacarte los pies y olvídate de una sombra. Ese día volvió a nuestra memoria la utilidad del bocadillo. Genial invento. De vuelta descubrimos que no todos los pajaritos duermen en un nido. Este, como veis, lo hace encima de una caja de fusibles (digo yo que será eso...) y tan fresco. Un placer ver correr cada noche a mis acompañantes, como si ahí arriba habitase el mismo conde Drácula, jijiji.
El pajarito que dormía fuera del nido. |
Suerte que Portugal es un país lleno de historia y arquitectura y que existen los coches. Lógico, no íbamos a ir en patinete...Batalha, qué maravilla de monasterio. Leitão noséqué... qué maravilla de camarera. Aquí está la clave del asunto, señoras, señores. La vida es otra cosa si la risa anda alrededor. Eso es lo que nos salva siempre.Le pedí a la moza "uma imperial e uma taça de vinho verde". Me comí el "e mais", así que ella entendió "uma imperial em uma taça de vinho verde". Ya comprenden ustedes que servir una caña en una copa de vino se hace difícil. Ahí renacieron las risas que nos salvan.
M es eso que llamamos "una aventurera". Así que si ve un castillo en medio del Tejo, no queda otra que ver el jodío castillo. Y de buena gana, porque a los que no somos aventureros, también nos gustan a veces las aventuras, jeje...
Castelo de Almourol |
Antes pasamos por un lugar bien particular donde sirven comidas exóticas. Ella mantiene que el dueño del local no es de este mundo. De hecho cree que quería abducirla, y es cierto que no le quitaba ojo. Mi teoría es que el hecho de interrumpir su explicación gastronómica con un "¡Traiga pan!", no debió de gustarle un pelo al buen hombre, y menos en tan trascendental momento. Digo buen hombre porque me trató muy bien desde que, desdiciéndome, reclamé un poco de picante del que él mismo elabora. Con qué hermosa sonrisa recibió el "Mudei de opinião...". Ahí aprendí que el picante se administra como la pintura. Se extiende con generosidad y después se toman cantidades minúsculas. A menos que quieras arder, majo, tú verás... Para no perderse la decoración, como veis.
El local del abductor de cántabras |
En las fotos parecía señorial el castillo de Almourol. Y el Tejo no es poco río... siempre que lleve agua, que no era el caso. Se puede pasar a pie, pero tienen una barquita para los Indiana Jones de turno. Así que pagamos la jodía barquita. Doscientos metros de razzia a tocateja. El barquero despierta nuestras sospechas cuando habla de recogernos en media hora."¿Media hora sólo?". "Meia hora já da, pode acreditar". Otra salva de risas. Y sí, tenía razón. Son cuatro piedras con un camino de subida y el mismo de bajada en medio de un calor torrencial. Pero eso sí, le ponen el letrerito de "Salida de emergencia", los muy cachondos. También ponen letreritos de "zona peligrosa" que son una auténtica invitación para la peña de más de setenta. Van como locas...
La vieja temeraria |
Nazaré es un lugar que en realidad comprende cuatro localidades distintas. Praia de Nazaré, Sitio da Nazaré, Rio Novo y Pederneira. La playa recuerda mucho a cualquier localidad turística del mediterráneo. Las mismas aglomeraciones y cierto encanto en las callejas que suben hacia el interior, si no fuera porque hay demasiados coches y muy poca atención del municipio.
Praia da Nazaré |
"O Sitiado", en el Sitio. |
Praia do Norte |
Nazaré en plena actividad pesquera |
En resumen, quizás sea buena idea fuera de temporada. En el verano, no lo es. Y sin wifi ni medios cibernéticos a los que todos estamos ya acostumbrados no queda otra que canciones como esta, que me ha parecido una genialidad. ¿O no?
http://www.goear.com/listen/b1a710e/el-orinalin-eme-susana
En los alrededores no debe uno perderse Batalha, que básicamente es su monasterio. Es enorme en cualquier sentido, una de esas joyas arquitectónicas imposibles de valorar adecuadamente.
Mosteiro de Batalha |
Mosteiro de Alcobaça |
Tumba de Ines de Castro. |
La historia es relativamente bien conocida, por lo que ha tenido de icono universal del romanticismo como imagen arquetípica de los amores imposibles, aunque también ha sido silenciada por otro tipo de razones. No en vano se dice siempre que doña Inés es más conocida en Portugal que en su propia tierra, que parece que fue la zona de A Limia - Monforte, en lo que hoy es la zona sur de Galicia. De mi propia cosecha y bajo mi propia responsabilidad, añado que las derrotas tienen siempre sus
Leyenda al pie del túmulo |
Con todo, reconforta saber que las historias de amor tienen continuidad a través de los siglos, que no todo son las trampas y mentiras sobre las que al final se edifican los grandes imperios. En fin... terminando con Alcobaça, sólo le veo un problema.¡Las palomas son de un descarado que la flipas! No se les puede reprochar. Se han acostumbrado a la comida fácil que representan los restos de la pastelería. Y si algo hay en Portugal, no lo dudes, son pastelerías.
Queda para finalizar una imagen de la vuelta, con comida y descanso en Vila Nova de Gaia, justo al lado del puente de Porto, en un ambiente genuinamente cosmopolita donde se debe tener cuidado a la hora de aparcar, porque es fácil que tengas que subir hasta el nivel del mismo puente antes de encontrar por donde salir. Y entonces te topas con que la máquinita estaba justo abajo de todo. Cosas que pasan.
Porto, desde Vila Nova de Gaia |
¡Menos mal que nos queda Portugal!