23 de febrero de 2008

Magia


Caminar un camino al paso de la arena
Con zapatos del aire y nubes en la frente
Cómplice de la niebla la soledad tan dulce
Y el frío del otoño en las manos vacías

Respirar un murmullo de insectos laboriosos
Adivinar un nombre de trino entusiasmado
Recorrer con los dedos las rugosas señales
Del tiempo en la madera, las pieles de los siglos

Y en la humilde hojarasca fugaz y acogedora
Desvelar el misterio de las tardes en calma
Atrapar el calor del brillo de esos ojos
Y cantarle el recuerdo al sol que se despide

Soñando de las venas vegetales el pulso
De los cursos del agua la caricia en el rostro
Traducir los mensajes del viento en la espesura
Contarle sus secretos al hada de las fuentes

Y después sin pudor, con tierra entre las uñas
Reposar sobre el musgo antiguo y venerable
Penetrarse la boca con aromas de espinas
Y aletargar la vida entre árboles desnudos

2 comentarios:

Anónimo dijo...

"Y después sin pudor, con tierra entre las uñas
Reposar sobre el musgo antiguo y venerable
Penetrarse la boca con aromas de espinas
Y aletargar la vida entre árboles desnudos"

Xa está todo dito. E xa sabes que me conmoven sempre as túas palabras. Son fortes, repletas de significado, contundentes. Penetran en los ojos y en el alma.

Xenevra

Puck dijo...

Pero qué bien escribes... condenao...

Puedo oler, saborear, ver, palpar, oir...