27 de mayo de 2010

Terra




Teño unha terra nobre, fermosa, cumprida como poucas, verde coma un milagre, chea de luz e de misterio, de tebras e cantigas, acougada e fonda, vella e lanzal. Pode que repousada, ensimismada nunca.
Todo iso non o saben ver os meus governantes, pero iso é outra cousa.


Tengo una tierra noble, hermosa, colmada como pocas, verde como un milagro, llena de luz y misterio, de oscuridades y cantos, tranquila y honda, vieja y esbelta. Reposada quizás, ensimismada nunca.
Todo eso no lo saben ver mis gobernantes, pero eso es otra cosa.

21 de mayo de 2010

¿Contra qué?


Felipe González es un maestro a la hora de rematar las frases. Empezó con aquello de Otan No, y después remató la frase:.. de entrada. Hace unos días nos dio otra de sus impagables clases. Esto es una economía social, dijo. Y remató la frase: ... de mercado.
Ya lo pilláis, ¿verdad? Yo no entiendo un carajo de economía, pero a toda esta peña la conozco bien y es cuanto necesito para daros otra clase.

Esto funciona así, chavales, chavalas: como somos una economía de mercado nosotros le llenamos las alforjas a los poderosos y ellos a cambio nos dan trabajo. Si alguien está pensando en los parados no va por buen camino. El trato es que nos dan trabajo si somos rentables, obviamente. Si no, a pedir a Cáritas, que para está la caridad cristiana.

Si alguien le pregunta a un poderoso por qué se queda con los beneficios de nuestro trabajo, le dirá muy ancho que para eso arriesga sus ganancias. Porque si pierdo también es a cuenta mía, ¿comprendes?, te dirá. Y pondrá carita de padre franciscano y hasta te pasará la mano por el hombro en un gesto de cariño que tu habrás de agradecer si no eres un asqueroso radical antisistema. Si se te ocurre decirle que sería mucho mejor compartir ese riesgo colectivamente y socializar también la ganancia, te soltará el rollo de la libertad individual y seguirá con aquello de "ya ves en qué han acabado los sistemas socialistas" omitiendo el pequeño detalle de que ninguno hasta la fecha ha podido desarrollarse sin que lo agredan desde tierra mar y aire.

Eso lo sabíamos hace ya tiempo. Pero ahora resulta que la dichosa letanía del riesgo se nos ha quedado en bragas. Ahora resulta que eso no reza con los grandes capitalistas y nos encontramos con que la quiebra del sistema financiero amenaza "al sistema". Y entonces se concluye que hay que apoyar al sistema con nuestro dinero. Y todo ese que ha volado de no se sabe dónde (porque ahora resulta que hay dinero "volátil") para terminar en el bolsillo de los especuladores, los constructores y demás listillos del sistema, resulta que es intocable. Recordemos: esto es un sistema social... de mercado. De manera que hay que echar mano de ese que teníamos para escuelas, hospitales y demás. Se nos suben los impuestos y se recorta el gasto social. De repente resulta que las pérdidas causadas por el famoso riesgo de la iniciativa privada son socializables, pero los beneficios no. Ah, vale... que nos están dando por culo y en paz. Perdón por la incorrección.

Pues sí. Exactamente. El riesgo empresarial es asumible mientras no amenace al sistema. Cuando eso ocurre, nosotros ponemos los beneficios y santas pascuas. Y si no queda para comer, a Cáritas, lo dicho. Porque esto es una economía social... de mercado. Lo habéis pillado. Pero, ¿sabéis qué pasa? Pues que dicho así queda un poquito brusco, ¿no? Poco elegante, carente del glamour necesario y de la corrección política obligada en un país de primera división que diría Zapatero. Así que hay que disfrazarlo un poquito. ¿Sabéis como? Con una huelga general. Es decir, salimos a la calle, gritamos un poquito y nos volvemos para casita a comer latas de sardinas caducadas y a ver si Santa Rita arregla esto. Nos lo descuentan de la paga del mes (para mantener la apariencia de verosimilitud, aunque a muchos hasta les dará vergüenza... ) y a seguir viendo la tele como buenos cristianos.

Pues no, mira. No trago. Paso de esa mierda. Necesitamos una huelga general y muchas más, pero no para discutir de comas y decimales en tal o cual partida presupuestaria. Necesitamos una huelga general contra el puto sistema que es un asco, huele a podrido, está acababado y no da para más. Contra los banqueros, los especuladores y los gobernantes que han llevado el barco contra las rocas cuando más arreciaba la tempestad. Contra los Camps y las Aguirres que se forran con el dinero de todos y encima dan lecciones de moral. Contra los magistrados que ocultan la masacre del franquismo y aún procesan a quien pretende tirar de la manta, contra el nacionalismo español que inunda las escuelas de mentiras y prejuicios contra quienes pertenecemos a culturas diferentes, contra la Iglesia, su ejército de periódicos y emisoras ultras y todo su pandilla de meapilas hipócritas, incluído el Sr. Bono, contra el franquismo vergonzante de tantos peperos y no pocos psocialistas con mando en Extremadura o el Vaticano, contra la Audiencia Nacional y todos los tribunales superiores con presencia de elementos franquistas, contra la estulticia del señor Feijóo y su panda de pijos metidos a gobernantes, contra los obispos cómplices de esos curas que no saben cerrarse la bragueta (si tu mano te hace pecar... ), contra los que dilapidan el agua y envenenan los campos, contra los que aprovechan la crisis para llenarse el bolsillo, contra los que acuden al parlamento sólo para levantar la mano cuando el jefe lo ordena, contra la expoliación del territorio, contra el velo de las monjas, contra la televisión basura, contra la cultura de la apariencia, contra todo este vengonzoso montaje para el embrutecimiento.

Necesitamos una huelga general contra la España victoriosa de una guerra civil contra un gobierno legítimo y una postguerra que fue un genocidio cuyas víctimas siguen hoy en día olvidadas en las cunetas. Una huelga general contra la estafa de la Reforma Política, contra los Fragas, los Varelas y los Juan Carlos que son herencia directa de la dictadura. Y por un gramo menos de eso, ni me levanto de la cama, señor Toxo.

Y se dice Tosho. No Tojo, ni Tocso, a ver si nos vamos enterando. Que ya le llega que tenga que ponerlo con la grafía inglesa para que se entienda. Después dirán que todos somos españoles, hay que joderse.

18 de mayo de 2010

Que conten ben...

... que somos máis de cen !!


17 de Maio, Día das Letras Galegas, este año convertido en un día más de lucha por la que es nuestra principal señal de identidad: nuestra lengua. Mientras nuestros gobernantes se empeñan en atacar a su propia cultura, la gente se moviliza una y mil veces ante el atropello.

Feijóo soporta a duras penas el aluvión de críticas previsible en el acto que celebra la Real Academia Galega, donde desde Ferrín hasta Manolo Rivas lo ponen en su sitio con tanta corrección académica como contundencia. Apela a las palabras de Uxío Novoneyra, a quien se dedica la fecha este año, sin sonrojarse aparentemente, pero finalmente llega a la plaza de O Obradoiro la carta de la familia del escritor que se suma a la protesta de forma clara y tajante.

Dónde se va a esconder este cantamañanas a partir de este día?



7 de mayo de 2010

La erótica de la represión


A quienes no hayan vivido según qué épocas les parecerá sencillamente increíble, falto de lógica, kafkiano, infantil... y podríamos seguir añadiendo adjetivos hasta mañana. Pero ocurría y de hecho nos lo tomábamos como algo natural, el curso simple de las cosas. Los escotes los llevaban las señoras importantes y siempre eran limitados. Mucho. Las faldas bajaban un par de palmos de las rodillas y los bañadores se parecían mucho a las escafandras. Pero tras ese aparente telón, alimentado por algo que era desde luego enfermizo, crecía lo que jamás se podrá ocultar ni disimular. Puede que el hecho de que todos los alumnos fuéramos varones ayude a entender lo que sigue.

Había una mujer, de unos cuarenta, que nos enseñaba historia, francés y algo de arte. Podía aparecer en pantalones, pero lo normal era una falda "de tubo" que difícilmente soportaba el volumen de sus contundentes muslos cuando cruzaba las piernas. Bajita, redonda, de aspecto moderno para la época (el pelo corto en una mujer era casi impensable) y gafas negras. Solía dar la clase sentada sobre la tarima, justo en el centro de las dos filas de pupitres. Era agradable y nunca nos lo hacía pasar mal. Siempre deseábamos aquel momento. Aludía a algo insustancial mientras esperaba el horrísono eco del timbre y deshacía el cruce de piernas con una lentitud que a todos nos parecía estudiada. Treinta y muchas miradas seguían aquel movimiento buscando algún resplandor remoto algo más allá de su rodilla. Nadie lo consiguió nunca, de lo que deducimos que sus prendas íntimas no eran del color esperado. También hubo quien pensó que simplemente no existían.

Con curiosa frecuencia, arremangaba la falda hasta la mitad de los muslos y hacía una llamativa observación mientras se subía las medias como quien contempla el sol en un ocaso otoñal. Naturalidad, chicos. Viajaba. Nosotros no tanto. En las filas de atrás, donde solían habitar los más mayores, se oían obscenidades aún sin inventar y a estas altura estoy seguro de que aquel murmullo medio desbocado le gustaba. Se le adjudicó un mote felino que le iba bien. Nadie quedaba allí sin su segundo nombre.

Esta otra era muy diferente. Alta, delgada y bien formada, el pecho breve, las caderas proporcionadas, piernas largas y melena corta y ondulada. Llevaba siempre un rictus de amargura en la boca que aún la acompaña. Seguramente nos despreciaba y castigarnos era para ella una rutina más. De rodillas, decía, y el aludido tenía que permanecer en tal estado ante su mesa. Esto era lo interesante. Su mesa estaba algo elevada, sobre una de aquellas inevitables tarimas que marcaban la diferencia con nuestro mundo de abajo. Y no tenia fondo, de manera que el sufridor contaba con la impagable compensación de verle las piernas a la profesora. Las tenía bonitas, como he dicho.

Uno puede entender que no le diera importancia según a quien le tocara aguantar la mordedura de las duras vetas de la madera bajo las rodillas. La mayoría teníamos poca educación pero también poca malicia. Ese no era el caso de César. Era mucho mayor, más alto y mucho más fuerte. Una auténtica pesadilla en los recreos. Le castigaba poco para lo que merecía, pero algunas veces cedía a la ... ¿tentación? No puede interpretarse de otra forma el hecho de que no viera como se escurría bajo la mesa. Era un pajero nato que no dudaba en masturbarse en plena clase, aunque no quedó constancia de que lo hiciera nunca en aquella situación. Eso no nos hubiera cogido de sorpresa. Lo fascinante era verla a ella, con la vista fija en cualquier libro de los que dejaba sobre la mesa, extrañamente quieta, ensimismada, mientras la clase palpitaba en silencio y al lúbrico sujeto sólo le faltaba introducir la cabeza bajo su falda.

He dejado lo mejor para el final, por supuesto. Nuestra protagonista era y es menuda pero bien proporcionada, de geometría redonda y sinuosa, rostro sencillamente hermoso, ojos azules y melenita corta. De esas mujeres que consiguen llamar la atención sin proponérselo. También autoritaria y creo que decididamente partidaria del régimen franquista, cosa que aún hoy se le nota. Imponer la autoridad era lo suyo y las normas emanadas del sistema educativo de entonces eran para ella el catecismo. Jamás vistió un pantalón. Y su cuerpo se adaptaba a las faldas como si éstas fueran una segunda piel. Creo que aquellas nalgas traían al centro entero hipnotizado. No tenía un cuerpo llamativo y sus principios la invitaban a disimular el pecho bajo ropas siempre amplias y discretas. Su trasero, en cambio, era como un cartel rojo en medio de una lavandería y disimularlo era algo que sólo podía conseguirse arruinando completamente todo su aspecto, cosa que afortunadamente nunca ocurrió.

Los castigos, como ya se ha comentado, eran frecuentes y solían consistir en la suspensión de los descansos o en el secuestro directo después de las horas lectivas. En aquella sala era la reina. Allí su voz autoritaria no admitía que nadie rechistase y el silencio tenía que ser monacal. En aquel ambiente, su proximidad resultada turbadora. Era deliciosamente solícita cuando pedías ayuda. Mientras explicaba por qué aquello era un atributo y no un complemente era fácil que su mano te rodease los hombros y su pecho descansara plácidamente a ninguna distancia de tu cara. Y la explicación solía alargarse. ¿Te das cuenta?, decía y cuando afirmabas reaccionaba como si hubiera entendido justamente lo contrario. Y aquello se demoraba de una manera sencillamente deliciosa, licuante. Creo que para ella también.

Aquel día sigue prendido en mi memoria y ahí quedará siempre. Me acompañaban un par de chavales novatos y el tal César, todos acomodados en el banco del fondo de la clase cumpliendo un castigo por cualquier motivo. Imposible recordar de qué hablaba. Mucho más fácil evocar sus redondas posaderas dibujadas con esmero por la falda de tweed, plantadas a un palmo de mis narices. Al tal César se le habían hinchado las nascarillas como a un caballo desbocado y no apartaba la mano de la bragueta. Aquellas dos lunas llenas bailaban ante nuestras asombradas bocas cuando ella cambiaba el peso del cuerpo de una pierna a la otra mientras continuaba con una declaración que no recordaré jamás. El estupor se me acentuó cuando miró hacia atrás y mostró una sonrisa que entonces no pude comprender.

Unos segundos después, aquel culo hermoso y codiciado se apoyaba directamente sobre el pupitre obligándonos a retirarnos hacia atrás. El peso del cuerpo comprimió las carnes duras y rotundas. Jamás he visto un imán tan potente. Cada vez que acomodaba las nalgas sobre el barniz gastado de la madera me imaginaba la falda explotando y liberando el precioso botín. Recuerdo el sonido detestable del timbre cuando la mano de aquel César se desplazó en el aire siguiendo el contorno de sus nalgas hermosas. Nos invadió el pánico al ver la expresión del tipo. El contacto parecía inevitable y aquello iba a suponer un escándalo de proporciones gigantescas. En el último instante los glúteos de ella decidieron que la sesión había terminado. Los dos novatillos tenían la cara entre las manos y César miraba con un aquel de furia contenida. Aún seguía congestionado cuando se incorporó mostrando sin ningún pudor el madero que se le había atravesado en la pretina. Mi corazón reanudó su paso poco a poco y ella me regaló otra sonrisa cuando salía por la puerta.


(Imagen de: http://elperro1970.files.wordpress.com/2007/09/culo.jpg)

5 de mayo de 2010

7 Plumas

(Atiendo a la petición del proyecto "7 Plumas" publicando la nota de prensa de su presentación, tal como sigue. Que vaya todo bien. Utilizad el enlace que figura en el texto para acceder.)



Nace un “Gran Hermano” Literario
Un grupo formado por siete escritores de diferentes provincias españolas se ha unido en un proyecto denominado “7 Plumas” con el fin de escribir una novela en conjunto. Cada componente del proyecto escribirá un capítulo de la obra, siempre capítulos cortos, tomando el relevo de uno de sus compañeros. La novela se ha iniciado sin previa planificación, temática, estilo o título. Entre sus integrantes la gran mayoría ni se conoce personalmente, ni siquiera han hablado telefónicamente. Todos sus contactos hasta el momento han sido por correo electrónico y por medio de un blog.
Han elegido para este proyecto el formato blog, en la dirección "www.7plumas.com”, con el fin de convertirlo en una especie de “Gran Hermano Literario” y teniendo como objetivo acercar y cautivar a nuevos lectores, ofreciéndoles un nuevo formato donde ver cómo se crea y potencia un personaje, cómo cada escritor posee un estilo y una voz narrativa diferente, un lugar donde se percaten de las dudas literarias de cada autor y con permiso para entrar en los camerinos de la creación de una obra literaria. Y de esta forma vivir todo el proceso de creación de la novela y, si les apetece, hasta poder alinearse con uno de los autores.
Lo más destacable de este proyecto será la posibilidad que tendrán los lectores de influir en el guión de la novela, determinar si el protagonista acaba en los leones o feliz comiendo perdices. A modo de un “Gran Hermano”, podrán criticar a los autores y leer aquello que se cuece entre ellos durante el periodo de escritura de la obra. Las críticas y comentarios, los más influyentes, formarán parte de la edición impresa de la novela. La edición impresa, presumiblemente, integrará la propia novela escrita por las siete plumas y la otra que surja del mundo paralelo generado por los comentarios y de esta nueva experiencia en sí.
Esta vuelta de tuerca a la edición tradicional, en la que se presenta una novela antes de finalizarla, en donde los lectores tienen influencia en el argumento, en formato digital y gratuito, escrita por varios autores en la distancia y utilizando nuevas herramientas como Internet, será para combatir los cada día más preocupantes datos sobre la pérdida de hábitos de lectura.