28 de septiembre de 2011

La piel de los otros



Ayer escuché a alguien hablar en una emisora de radio de ciertos proyectos cinematográficos. Ese alguien declaró haber sido víctima de un atentato. Contaba que desde ese momento no había sido capaz de leer novelas de crímenes.


Y se me ocurrió pensar en toda la porquería que leemos o visionamos como si fuera algo absolutamente inocente. La tele sin ir más lejos.
Se dice que los niños no deben ver escenas de violencia. 


¿Los adultos, sí? 
¿Seguro?
Tengo la desagradable impresión de que nuestra reconocida insensibilidad tiene mucho que ver con eso. La piel de los otros queda lejos.

4 comentarios:

Isabel Martínez Barquero dijo...

Me alegra esta meditación tuya, porque no aguanto la violencia en ninguna de sus manifestaciones y la tele está saturada de ella. Por supuesto, ni en mi piel ni en la de los otros.
Abrazos.

Belén dijo...

La reflexión es totalmente válida, Xocas!!
Sabes? Mi maldita profesión deshumaniza terriblemente... la vida dentro de un área de emergencias, llena de enfermedades y sobre todo, de accidentes... a cualquiera que pase ahí, trabajando, se le hace cosa normal la violencia y la maldad humana...

Sin embargo, creo que soy bipolar con doble personalidad por lado jajaja así qué aún puedo decir que guardo la suficiente sensibilidad como para lamentarme, enfadarme y salir de casa, cada día, con la ilusión viva de un mundo algo más habitable...

Gracias por tu visita por mi blog... jaja una sandía en octubre es algo bello, eh?

Te dejo miles de abrazos, tantos como hojas vaya a arrancar esta estación.

sylvia dejó de ser cínica dijo...

No hace falta ver televisión. A estas alturas la piel de los otros ya queda muy lejos, puede ser producto de la cultura post----

aran dijo...

que buen sitio para dejarte un beso. porque has sabido ver siempre a traves de las letras, y estar cerca