24 de noviembre de 2008

Musgo

A veces me gustaría penetrar en las mismas entrañas de las cosas.
Llegar a tocar ese misterio que llamamos "la esencia" de la vida.
La pregunta que no tiene respuestas.
Y a falta de respuestas me aventuro en algún rincón donde ese misterio parezca más accesible.
Esta es la corteza de un castaño, árbol por lo demás misterioso donde los haya.
Crecen en mundos casi mágicos, apartados de la casa, pero tampoco tan lejanos como para considerarlos ausentes.
Sobre sus a veces formidables figuras suelen convivir la vida y la muerte, en proporciones muy variables.
Eso ya es una respuesta.

4 comentarios:

xenevra dijo...

"convivir la vida y la muerte" O coexistir; porque cómo apreciar la una sin la otra??

Os castiñeiros, castiros, son as árbores que identifican as nosas casas, as nosas vilas, as nosas aldeas. Quen non foi de pequeno coller castañas alí moi pertiño da casa¿¿¿

Fauve, la petite sauvage dijo...

A los hombres os gusta por naturaleza penetrar en las mismas entrañas de las cosas...

Bromas aparte, me ha gustado mucho eso de buscar la esencia de la vida en un árbol. ¡Es que me encantan!

Biquiños, Xocas; y aprovecho para saludar a Xenevra y también mandarle moitos bicos.

Anónimo dijo...

Buscar la esencia de las cosas, ya sea de la vida o de un árbol. En sí todos andamos en la búsqueda de esa esencia en la vida, que logremos hallara ya es otro cantar.

Biquiños!!

Fauve, la petite sauvage dijo...

Fugaz, me has hecho pensar (Xenevra, no te ofendas :P): no sé si en realidad buscamos la esencia de las cosas, de la vida, o si realmente lo que ansiamos y deseamos es instalarnos en ella, aún desconociendo cuál es...

¡Besos para todos!