21 de marzo de 2007

Hay días que ...


"Cariño, son cuatro agujeritos ... !!" Deben haber pasado cuatro lunas desde la última vez que me lo dijo. Una por agujero. Vale. Vamos allá. Total, es poca cosa ...

Taladro percutor. Lo que procede. Acción. Ladrillo de acero fundición. Lo que no procede. El bujerito del 6 va a ser un pedazo bujero del 8 y medio. No hay tacos del 8 y medio. Lo dejaré para el final ... Ya empezamos.

Vamos con el otro. Taladro percutor. Lo que procede. Dado el precedente le echo coone a la cosa. No hay ladrillo. La broca ha entrado en algo parecido al membrillo y se ha detenido cuando le ha salido de las bolillas. La máquina se ha empotrado en la pared. Creo que veo luz del otro lado. Claro. Es la caja de la persiana. El bujerito del 6 va a ser como un desagüe, sólo que en la pared. Ya lo taparé de alguna forma, vaya ... con "purpurina", que diría mi madre. No sé qué me da que no tengo el día.

Umm ... a ver los otros dos. Tengo que irme al dormitorio. Llama la atención, ¿no? ¿Para hacer un bujerito de apenas 1 cm. de diámetro se necesita todo esto? Taladro, nivel, metro, escalera, alargador ... a ver, a lo mejor a este me lo puedo dejar donde está, si me da el cable ... ¡¡ Casi, tio !! Y he tenido que darme cuenta cuando estoy arriba de la escalera con las dos manos ocupadas y el nivel entre los dientes. Voy a intentarlo al estilo Bush. Enredo un pie en el cable y doy un tirón made in US. Algo ha hecho "crack". Debe ser que hay que ser yanqui para según qué cosas. Acabo de mencionar a un santo.

No se puede jurar y sostener el nivel con los dientes. No al mismo tiempo. Lo veo descender sobre el cristal de la mesilla cual bomba teledirigida. Le doy con el tacón, "de espuela", que le dicen. He salvado el cristal. El de la mesilla. El espejo del armario ha salido peor parado. Y encima es más grande. Mucho más. Esto está empezando a molestarme. Lo haremos como dios manda. Venga, tio. Bájate, vuelve al enchufe y a ver qué ha pasado . Paciencia. Lo has lesionado para una temporada. Va .. hay más enchufes.

El tipo que ha puesto las puertas sabía que el cable tiene justo este calibre. Estoy seguro. Se ha quedado encajado en la del salón. Paciencia. Marcha atrás. La puerta del dormitorio y la misma jugada. Descarto la variante Bush a tiempo. Paciencia. Marcha atrás. No puedo evitar tirar del puto cable con cierta mala folla. Entonces me entero de que a las puertas les ponen un forro de mentirijillas. Terriblemente frágil. Mientras recupero al fugitivo con expresión de venganza satisfecha descubro en la madera como una mancha facial que avanza hacia arriba ... medio metro. No le sienta bien.

Veamos. Tranquilízate. No es para tanto. "Pues ya está empezando a joderme". No sé quien ha dicho eso. Vale. Me agacho y recupero el cable de los ... Seamos correctos. Lo enrollo bien y me aseguro de que nada arrastra por el suelo. Una pena no poder mirar por donde ando. El leñazo que me acabo de dar con el marco de la puerta no cuenta. He hecho la mili en tanques. Ni me he enterao.

¡¡ Venga, tio !! ... que tú controlas ... Un enchufe. Sencillo. El cable está donde debe. El nivel aún no es necesario. Asciendo las escaleras con el taladro en la mano, enfilado hacia el cielo, al estilo Rocky. Es una cuestión de convicción. Enfrento la pared. Taladro percutor. Lo que procede. Acción. Ni una mierda. No va. Le doy al interruptor deseando una lluvia de balas. No va. Ahora se ha quedado atascado, el malparío.... Miro al cielo y me encuentro con la blanca indiferencia del techo. He mencionado a otro santo. ... luego a otro ... Inspira, tio ... profundamente ... Eso es. Otra vez. Muy bien. Dejo el taladro encima de la caja de la persiana. Así no tendré que subirlo otra vez. ¡¡ Animooo !!

De nuevo abajo. A ver qué pasa ahora ... Un mal contacto. Muy frecuente. Ha sido darle un pequeño meneo y echarse a andar. Por desgracia. La broca ha debido quedar en contacto con la pared y en cuanto se ha puesto a girar, la máquina ha salido volando. En condiciones normales la cama debería ser un revoltijo capaz de resistir cualquier ataque. Pero por aquello de la corrección política resulta que soy un maridito ejemplar, de esos que echan la ropa hacia atrás, "pa que se ventile". Y ahora tengo un taladro percutor limpiamente ensartado en un colchón de 600 euros. Lo recuerdo bien: "en estas cosas no hay que llorar el dinero, cariño".

Me he quedando mirándolo. Estoy en una especie de trance de signo desconocido. Me pellizco y siento dolor. Toco las paredes. Son reales. Están frias y blancas. Mejor lo dejo. Me largo. Cierro la llave del gas, la del agua, y huyo. Nada de ascensor, tio ... por las escaleras. Y despacito. Eso es. Bien. Ya llego. Por fin. La calle. Gente que conozco. Vale. Tranquilo. Pero hace frio. Mejor me subo a por la chaqueta.

Era de esperar. Me he dejado las llaves.

1 comentario:

fugaz dijo...

!!!Cielos!!!!

No puedo dejar de llorar, era como si estuviera viendo a mi marido, aunque bien pensado... sirve cualquiera del sexo masculino (a la tarea "bricolage" me refiero, evidentemente) y desde luego, genial.

Es un placer leerte. Y bueno, si lograste hacer los "bujeritos" mejor que mejor....jajajaja