10 de marzo de 2010

El castigo

No quedaban libros. Arrodíllate, dijo, y puso en sus palmas

abiertas dos simples monedas. Sus compañeras la miraron,

torvas, las biblias temblando en los brazos exhaustos.


(Microrrelato presentado a Microrrelatos-sms. La frase en cursiva fue propuesta por la organización convocante. Longitud máxima del texto: 160 caracteres.)

2 comentarios:

Isabel Martínez Barquero dijo...

Ya, ya... Derivaciones de la falta de libros.
Bueno.

Zeltia dijo...

encantanme os microrrelatos. creo que, cando son bós, consiguen impactar moito, como unha fotografía, como un haiku.

Destes tres teus, gústanme todos, pero agora mesmo quedaría con el grito, pero igual despois de máis lecturas non... quen sabe... e o bó que tén poder cambiar de parecer...